martes, 29 de noviembre de 2011
Declaración de la Sagrada Expedición de los Testigos de Muammar Khadafi.
El primero de setiembre del año 1969, el joven coronel Muammar Khadafi inspirado en las ideas libertarias y anti-colonialistas del revolucionario egipcio Gamal Abdel Nasser; dirigió la sublevación pacifica de los oficiales libios, contra la nefasta y dictatorial monarquía de Emir Ayed Idriss El Senussi, quien durante 17 años había gobernado Libia de forma totalitaria y entreguista favoreciendo de forma directa a las potencias occidentales, las que sufrieron un duro revés ante el triunfo de los oficiales patriotas dirigidos por el coronel.
En aquella asonada de setiembre del 69, convertida en revolución triunfante, no se disparó una sola bala, no se derramó una gota de sangre y no se ultrajó ni se mató a los delincuentes traidores que manejaron el país a dedo y a puño de hierro, violando los derechos humanos, civiles y economicos de la población libia de una forma despiadada.
Desde ese momento, con la conducción estatal del todavía adolescente pero revolucionario panarabista Muammar Khadafi, Libia inició una transición al socialismo popular de base, que le permitió a su pueblo recuperar los recursos naturales del país que antes estaban en manos de corporaciones extranjeras y dejar atrás al viejo sistema colonial monárquico pro-occidental. Así, Khadafi y las tribus libias representantes del pueblo magrebí, tomaron el reto histórico de dar creación a la Yamahiriya (estado de las masas), novedosa forma de desarrollo político nacional, cuyo ejercicio recaía en la voluntad directa de los ciudadanos.
Con esta nueva forma estatal, el pueblo libio llegó a un apogeo social inédito en su historia y en la de los países africanos, árabes y tercermundistas; logrando ser Libia la nación menos desigual entre estos y con mayor acceso al trabajo, al comercio y a la cultura.
La propuesta revolucionaria puesta en practica por Khadafi en el país norafricano, única en la historia de nuestro planeta; en el año 1977 otorgó el poder al pueblo libio a través de los comité populares, haciéndose el coronel, a un costado de la dirección gubernamental del país, pasando solo a ostentar el lógico titulo honorifico de Hermano Líder y Guía de la Revolución verde.
Entre los logros internos mas significativos propiciados por Muammar Khadafi y por la Gran República Árabe Libia Popular y Socialista, se encuentran: la nacionalización del petroleo y del subsuelo, la socialización de los grandes medios de producción, la creación de una educación inicial y superior absolutamente libre y gratuita y la expulsión de las bases imperialistas de suelo libio.
En cuanto a la política exterior, Muammar Khadafi siempre dio apoyo a los movimientos de liberación nacional de los países en vía de desarrollo y fue clave en la lucha contra el apartheid impuesto por Estados Unidos y Europa en suelo africano.
El valiente pacifista Nelson Mandela tuvo las siguientes valiosas palabras para el patriota africano, “Khadafi es uno de los mas grandes luchadores por la libertad del siglo XX, el fin del apartheid debe mucho al apoyo de Libia y Khadafi. En los momentos mas oscuros de nuestra lucha, cuando nuestras espaldas estaban contra la pared, Muammar Khadafi se mantuvo a nuestro lado“.
Ademas de ser un incansable luchador por la unidad de los países árabes y por la unión de los países africanos, ademas también de ser un consecuente anti-imperialista y un verdadero socialista, Khadafi fue un categórico pacifista, llegando a cometer actos tales como el de ayudar a los asesinos de su beba adoptiva Jana, en la lucha que estos tenían contra el terrorismo.
Muammar Khadafi es ejemplo de lucha, dignidad y solidaridad para todos los verdaderos revolucionarios, socialistas y pacifistas del mundo entero; su causa, ante su lealtad patriótica y su heroico y trágico final, se ha convertido en ley de quienes luchan por un mundo mejor, es por ello, que como militantes anti-imperialistas, anti-racistas y pacifistas, declaramos la Sagrada Expedición de los Testigos de Muammar Khadafi, para, sin hacer uso de armas, sin derramar sangre, tan solo haciendo uso de la palabra y la labor; limpiar al mundo palmo a palmo, casa por casa, familia por familia, calle por calle y persona a persona; de las garras asesinas que desde hace miles de años dominan al mundo sin el menor interés por la vida y la dignidad humana.
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